sábado, 28 de mayo de 2016

Háakar

Si alguna vez haz visto cuando un gato cae al agua, agitando las patas y moviéndose como poseído por una entidad maligna siendo bañado en agua bendita un domingo por la mañana, entonces podrás darte una ligera idea de como fueron los más largos 20 minutos en la vida de Háakar Finore.

Había entrado primero al agua esperando inspirar un poco más de confianza en el novato, que los nervios se calmaran y dejara de abrazar con tanta fuerza esa toalla verde, le pidió de manera amable y calmada que dejara libres sus manos para tomar la toalla, incluso le extendió la mano para que se sujetara mientras entraba. Aun así, el pánico era tal que parecía empañarle los googles.
En cuanto el agua le cubrió gran parte del cuerpo se aferró a él con fuerza como si su vida dependiera de ello.
¡Allah-Taala! ¡Ese chico era fuerte!
Respiró hondo y se calmó recordando la primera regla para ser instructor, tener una paciencia infinita como el universo en constante expansión. Sonrió con amabilidad sujetando al chico de los costados como a veces tenía que hacer con los niños pequeños.

-Esta bien tener miedo– El muchacho pareció reaccionar e intentó alejarse pero el miedo al agua lo hizo aferrarse de nuevo- Se que esto es nuevo para ti y que no sabes como hacerlo, que puede que tengas miedo al fracaso pero si no lo intentas no sabrás que tan lejos pudiste haber llegado-Guardó silencio esperando a que Exie le respondiera-Tengo un flotador con tu nombre que es mejor salvavidas que yo, lo abrazas con fuerza y yo te sujeto mientras flotamos de aquí de la orilla a…¿que dices? ¿La mitad de la alberca?

El muchacho miró a la orilla que estaba a medio metro de distancia y después a lo que él creía era la mitad de la alberca. No parecía convencido. Por un momento háakar pareció ver como movía los labios murmurando algo muy parecido a una maldición a lana, tal vez no era el mejor momento para maldecir a un suéter.
Sin esperar la aprobación de su pupilo caminó a la orilla, unos 3 pasos aproximadamente, alargando la mano hasta dar con la pequeña tabla y se la entregó.

Esto si lo puedes apretar con fuerza y no se le cortara la circulación-Ser gracioso tampoco pareció funcionarle para romper el hielo entre los dos, algunos de los americanos solían ser racistas o se sentían incomodos con la gente de color, esperaba que este no fuera el caso.–Se que no lo parece pero esto flota bastante bien, puede aguantarnos a los dos y sigue a flote, puedes confiar en mi.

Realmente parecía un niño pequeño, era igual de tímido y estaba seguro que no podía llamar sus padres para que vinieran a calmarlo.
Aunque inseguro de lo que hacía, Exie, lo soltó aferrándose a la tabla. Una pequeña victoria para el día de hoy. Como prometió lo sujetó ayudándole a alzar las piernas.
Teniendo una de las manos en el pecho ajeno pudo notar el cambio de ritmo en el corazón. Sintió lastima por él, estaba más que aterrado por lo que decidió seguir hablando con la esperanza de distraer un poco su mente.

Vamos a flotar, no tienes que hacer nada más que agarrarte fuerte, disfruta el agua, siente como te mece suavemente y lo refrescante que es, ¿lo notas?–El chico agito la cabeza en negación, por lo menos ya le estaba respondiendo– ¿Cuantos años tienes?

18 –Anunció con voz débil y quebradiza–

El moreno no pudo reprimir vocalizar su sorpresa en su lengua natal– ¡No lo parece! Te vez menor que yo, tengo 17

¿QUÉ? –Se revolvió en el agua para voltear a verle por encima del hombro–

Wow tranquilo intentamos flotar ¿recuerdas? Mirada al frente –Dijo con algo de dureza–

Pero, eres más alto que yo y te vez más grande –Otro motivo por el cual estar en estado de shock–

Gracias…?...–Era la primera vez que alguien le decía que se veía mayor. Le sorprendió lo mucho que le divirtió–

N-no me mal entiendas es que..–

Esta bien, no me molesta, de verdad –Aclaró un poco la voz intentando sonar serio– Te incomoda?

No –Mentía, obviamente– claro que no –Murmuro otra cosa que no alcanzó a comprender del todo–


Las palabras no abundaron después de aquello. El joven instructor no se desilusiono mucho después de todo era normal que los pupilos no hablaran en los primeros días, hasta cierto punto les guardaban rencor por hacerlos enfrentar sus miedos. Eso es lo que Háakar lograba ver en los ojos de los niños quejumbrosos que lloraban y salpicaban el agua. 

Tenía que admitirlo, había visto vacas nadar con más gracia que con la que Exie se movía en el agua, pero el chico lo intentaba con todas sus fuerzas y eso era algo de admirar que no se podía pasar por alto. Al comenzar a patalear sacaba casi tanta agua como la que le entraba a la boca. Le repetía una y otra vez que cerrara la boca, como dar la patada e intentaba soltarlo de poco en poco. ¡El reloj se movía tan lento! A lo lejos logró escuchar la voz de una chica que gritaba "¡Se ahoga, no sabe nadar!" habría apostado todas cartas de Yugi-Ho que se refería a Exie. Por el rabillo del ojo pudo ver como su padre llevaba en el hombro a una chica rubia fuera de las gradas. Este día se estaba haciendo cada vez más raro.

Cuando finalmente sonó la alarma el moreno tomó al mayor por los costados, se encontraban muy lejos de la orilla y parecía demasiado cansado para regresar solo, ahora se le hacía un poco raro pensar en él como uno más de los niños pequeños que entrenaba los fines de semana. 
Al salir de la alberca Exie se apresuró a cubrirse con la toalla y tratar de recuperar el aliento.
"Pobre chico" pensaba háakar "De verdad tiene muy mala condición" Se acercó a él para ayudarle a quitarse los goggles y el gorro. Tenía unos ojos verdes en verdad hermosos, de no haber sido porque vio unos iguales hasta hace unas pocas horas pudiera que le hubiesen gustado más los del chico.

El intercambio de palabras continuaba siendo muy escaso al punto de ser incomodo para ambos. Intentó animarlo diciendo que para ser su primera vez lo había hecho muy bien, que no se desanimara y continuara yendo para que pronto fuera como un pez en el agua. Exie no parecía muy convencido, muy al contrario, parecía ahora más incomodo agachando la cabeza y  escondiendo uno de sus ojos con el fleco, contestando cortante, mirando a la puerta de los vestidores constantemente. Era claro que se quería ir lo más pronto posible por lo que Háakar no lo detuvo por más tiempo, lo dejó ir sintiéndose mal por él. Aunque su padre lo asigno como castigo no tenía porque verse perjudicado el chico. Más tarde hablaría con él sobre que otro castigo podría aplicarle.

Las horas venideras se fueron volando. Una espina en su cabeza no lo dejaba en paz, se enterraba cada vez más profundo en su cerebro probocandole una jaqueca terrible. Ni la ducha fría en las regaderas después del final de su jornada lograba distraerlo del todo. 
Había llegado muy lejos con Byatha esta vez. Constantemente se molestaban, tenían momentos en los que parecía que coqueteaban, abundaban los insultos que se decían el uno al otro pero nunca habían cruzado la raya del odio al amor, si es que a eso se le podía llamar amor. ¿Cómo vería a Byatha a la cara el día siguiente en la escuela? ¿Cómo verla a esos ojos verdes como las hojas de las palmeras? ¿Cómo no hipnotizarse con el sonido de su voz al hablarle? Aun habiendo pasado varias horas en el agua podía percibir su aroma, sentir el calor de su piel contra sus manos y un constante cosquilleo en los labios no le dejaban olvidar el beso que le había dado.
Con una fuerte bofetada se obligo a si mismo a despertar del trance en el que se encontraba. Alzó la mirada y observo a su padre deteniendo el camino del tenedor a su boca observándolo con una variedad de expresiones en la que dominaba la confusión. Inspeccionando de manera rápida su alrededor se dio cuenta de que estaba en el comedor de su casa "disfrutando" en familia de la cena. Hace solo un momento se duchaba en la escuela de natación, ¿Cuando es que llegó a casa y se sentó a cenar con su padre?

–Ibn, ¿Esta todo bien? –Bajó el tenedor lleno de curiosidad mas que de preocupación–

–Sí, esta todo de maravilla, ¿porque habría de estar algo mal?–

–Además de que te tatuaste en rojo la mano en la cara, nada–

–Se me paró un mosquito en el cachete– Llevo a la boca más comida de la que le cabía–

–¿Pasó algo en la escuela?–Recibió la respuesta sincera que deseaba al ver como su hijo se atragantaba con la comida. Como buen padre pensó lo peor– Llegaste tarde de nuvo ¿verdad?

–aghh...–Tomó un poco de agua aliviando el ardor en la garganta– Se dice "nuevo", papá, y no...no llegué tarde, fui a todas mis clases, no me quedé afuera esta vez...–

–¿Entonces que pasó?¿Es por esa chica de la escuela, te sigue molestando?–

–No....no, exactamente–En definitiva lo que hizo no era algo que le podía platicar a su padre.– No es nada papá, estoy bien, solo algo preocupado por el chico nuevo. Creo que tal vez le deberías asignar otro instructor  no parece muy cómodo conmigo, no es que quiera escapar de mi castigo, aceptaré cualquier otra cosa que me digas que haga.

Tonterías Háakar, el chico esta bien contigo, mientras no venga a pedirme que lo cambie seguirá bajo tu tutela –La respuesta pareció satisfacerle o por lo menos distraerle del verdadero problema– Eres alguien muy capaz y experimentado, eres todo lo que el chico necesita por ahora.

Si tu dices –La comida no le apetecía mucho pero si quería evitar el interrogatorio tenía que comerse todo–

La cena transcurrió tan tranquila que por un momento creyó que tendría una larga y tranquila noche de sueño hasta que llegó a su habitación. Estando solo no pudo cortarle el paso a sus pensamientos. No dejaba de verla cada que cerraba los ojos, no dejaba de olerla ni de sentirla sobre su piel. Estaba hechizado por esa bruja, esa preciosa bruja que le robaba más de un suspiro por hora.
¿Debía de mandarle algún mensaje o llamarla? Lo más seguro es que le gritara por hablarle tan tarde o que lo regañara por seguir despierto cuando tenía que dormir pronto para evitar llegar tarde de nuevo. Por un momento consideró la opción de levantarse e ir a hablar con su padre de lo ocurrido, pudiera tener a lo mejor un buen consejo para su hijo adolescente.
Miles de ideas cruzaron por su cabeza, algunas más absurdas que otras, pero no hizo nada. Permaneció inmóvil observando la pantalla de su celular que mostraba el nombre de la chica en sus contactos. 

–Todo regresara a la normalidad mañana, ¿verdad?–Se dijo a si mismo intentando calmar a su conciencia–Todo quedará olvidado–

Sabiendo que después se arrepentiría tecleo un último mensaje a la chica antes de ser vencido por el cansancio.

"Buenas noches"






Allah-Taala: Dios creador.
Ibn: Hijo en árabe. 

2 comentarios:

  1. Las vacas! Jajajajaja xD y el tatuaje xDDDD me encanta!

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    1. Fueron de mis partes favoritas XD <3
      que bueno que te gustara

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